jueves, 12 de junio de 2008

Libertad....


Las mujeres, dice la sicología, tienen gran dificultad en la conformación de su identidad, y luego en mantener una cierta autonomía que les permita grados de libertad mayores a los que tienen hoy. De libertad interna, claro está. La libertad pública, sigue el proceso inverso: aumenta más y más. No es fácil vivir esta contradicción, tanta libertad nueva y tan escaso espacio de libertad vital.La libertad es la aceptación pacífica de la realidad. La vida de las mujeres hoy, no tiene nada de pacífica. Más bien intenta asumir realidades más complejas y diversas que aceptar la propia vida, con las propias limitaciones y necesidades, y por ende poder acceder a la libertad. Si se busca ser una madre excelente, esposa abnegada y profesional destacada, la verdad es que la realidad no puede aceptarse con paz.La libertad es también la búsqueda de la felicidad. ¿Buscamos las mujeres actuales la felicidad? Sí, pero afuera. En la aceptación de los otros, en los logros de los nuestros, en conseguir el afecto y la pertenencia que buscamos. No estamos dedicadas a simplificar la vida, a poner límites, a plantear necesidades, a mostrar nuestros defectos. La felicidad propia es sin duda también la felicidad de otros, esto es así para toda la raza humana. Decir que ser libre es buscar la felicidad no es una invitación a la soledad y al hedonismo, es una invitación a la alegría de ser quienes somos el máximo de tiempo, a no andar disfrazada, a no vendernos a través de las promesas infinitas de rendimiento, a no rendirnos ante la culpa que nos acecha. Es una invitación a la honestidad.La libertad tiene que ver con la sencillez de la felicidad, si la entendemos como alegría de estar vivos simplemente. Y de querer y que nos quieran, y de tener proyectos y que nos resulten. Pero para que eso pase, para que nos quieran y nos resulten los proyectos, y para vivir la alegría de los días, tengo que hacerme cargo de mi propia naturaleza, de mis debilidades, de qué puedo y qué no, de cuál es mi deber y qué me impone mi círculo social.Los hombres dicen que las mujeres son gastadoras compulsivas. Pero lo que gastan de más, es su propia energía, es la fidelidad a su propia identidad.
Paula Serrano.